La frutería Torelló lleva 5 generaciones en el mismo sitio atendiendo a los vecinos de Santa Coloma, son un emblema para la ciudad.
José Torelló es un hombre sencillo, conoce el valor del trabajo y el esfuerzo desde que nació, “Yo me crié aquí, entre los tomates y las lechugas, desde que tengo uso de razón este ha sido mi mundo, no he conocido otra cosa. Estos terrenos se los vendió la familia Sagarra a mi bisabuelo. Los Sagarra, la familia del aristócrata famoso, el mismo por el cual se llama así esta calle”. Sus ojos brillan cuando recuerda su infancia, “Siempre he estado aquí, aquí nací prácticamente, entre cajas de verduras, (Ríe)… mi familia tenía estos terrenos y otros en lo que hoy es el Nudo de la Trinidad. Allí plantábamos verduras y también teníamos viñas y hacíamos vino” de pronto recuerda, “Mi bisabuelo, el que compró estos terrenos, era el abuelo más longevo de Santa Coloma, tenemos por ahí guardado en algún sitio un certificado que en aquella época, en el mil ochocientos y pico daba el ayuntamiento en una fiesta a la persona más vieja de ciudad, ese reconocimiento se lo dieron a él”. A medida que va hablando va reviviendo cada momento de su vida como si fuese hoy, “Teníamos terrenos en Montcada en la carretera La Roca, en el sitio que se conoce como La torre de Frada, allí mis abuelos tenían viñas, allí delante de donde ahora han hecho la depuradora de agua”. José no quiere dejarse ningún detalle de su historia, las ganas de contarlo le revitalizan y llenan de entusiasmo, “Mis abuelos tenían a parte de este terreno, tierras en lo que es ahora el Nudo de la Trinidad y allí cultivaban lo que traíamos para vender aquí y lo que sobraba se llevaba al Borne viejo, allí donde está la estación de Francia. En aquella época se trabajaba mucho, no parábamos. Imagínese que a las 5 ó 6 de la mañana ya estábamos recogiendo cada día lo que luego, a las 8 vendíamos aquí. La gente se llevaba las habas recién cogidas, solo hace unas horas, más fresco imposible”. Su hijo Joan retoma la historia, “Así estuvieron muchísimos años, hasta que en 1932 se abrió la primera parada de lo que sería el Mercado de Sagarra que es el más antiguo de Santa Coloma, después hicieron Fondo y luego Singuerlín. Entonces mis abuelas se ponían a vender en el suelo las verduras y el vino que nosotros mismos hacíamos. Después les dieron una parada pequeñita aquí afuera, de unos 40 metros cuadrados y así hasta hoy. Yo en los años 80, empecé a introducir la fruta además de la verdura. Luego vino la permuta y la construcción de estos pisos y locales, que nos quedamos con este local y estuvimos trabajando hasta el 2004 porque por motivos de salud lo traspasé. Cosas de la vida el local quedó vacío y este es mi hijo pequeño, que se llama José como mi padre, que no quiere seguir estudiando y hemos decidido voler a los orígenes y abrir nuevamente la “Frutería Torelló”. José interrumpe con orgullo, “es lo nuestro lo que siempre hemos hecho, teníamos que volver. Aún tenemos algo de tierra donde plantamos nuestras propias cosas, las acelgas son nuestras por ejemplo, y también conocemos muchos palleses que plantan para nosotros. Es cosecha ecológica, todo regado con agua de la Mina de santa Coloma” sentencia, “esa es un agua subterránea muy pura, muy buena, que provenía de una antigua Mina que hubo aquí en Santa Coloma y que tenían las antiguas masías para el regadío y para el uso diario de la casa.